All speech, written or spoken, is a dead language, until it finds a willing and prepared hearer. Robert Louis Stevenson, Reflections and Remarks on Human Life.
sábado, enero 29, 2005
Lo sabía todo
miércoles, enero 26, 2005
Ausente
Algunos pormenores de la ausencia…
Estado general (Primera plana): Sí, vivo y sueño –más de lo permitido por los psiquiatras–.
Situación física: 3.6 Kg. de más… Un estilo de vida saludable y mucho mejor que cualquier juniorcillo de la DelValle –excesos, los permitidos por la ley–.
Situación psicológica (Estado del tiempo): Sin tormentas. Cielo despejado. Salud mental óptima –causa: medicina alternativa (interprétese al gusto)–.
Descubrimientos: En una exhaustiva y comprobadísima investigación descubrí que el vino –y uno que otro derivado etílico– contribuye a defender al organismo de enfermedades graves y letales (hace fuerte al corazón).
Dramas de la vida real: Una amiga me habló desesperadamente a las 4 de la mañana de antier para decirme que su esposo derramaba infidelidad. Fue obvio –más por morbo que por cualquier otra cosa– que pregunté el porqué creía ella que su marido la engañaba (al menos tendría pruebas sustentables imaginaba yo y si ya me había sacado de mi estado auto hipnótico, bien a bien, era justo que me contase todos los detallitos del evento, ¿no?). El engaño de su marido se basaba en la siguiente prueba tomada de un periódico de circulación menor: «siete de cada diez hombres que no tienen problemas económicos son infieles a sus esposas». Colgué inmediatamente.
Finanzas: Las reservas monetarias mostradas hasta el 26 de enero alcanzaron un indicador global negativo. Se pronostica que para mediados de marzo la economía crecerá al menos un 15% –para jodida la cosa esto sólo es una especulación–.
Deportes: Un hombre sensible.
Espectáculos: La reina de la pantaleta.
Sociedad y cultura: Weekend a la Chumacera (parte I y parte II).
Editorial: Sí, he estado ausente. Es decir, ensimismado y distraído. Por cierto, informo que todos los supuestos son falsos hasta que se demuestre lo contrario.
lunes, enero 17, 2005
Aviso de ocasión
Del DRAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española)
Yo = Gilmar Ayala
Los lunes son días de avisos y noticias. Advertencia: el inicio de semana puede ser peligroso si éste viene acompañado del brazo con un extraño aire polar.
Desperté porque el frío era abrumador. Ni dudarlo, hoy tendría que ser una mañana de abrigo, chocolate caliente, una pieza de pan y periódico en mano. Revisé el diario. En automático –al contacto de mis dedos con el papel y tinta– llegó a mis neuronas una frase –no textual– de Borges. Él decía que no entendía el porqué la gente revisaba ansiosamente todas las mañanas los diarios, si es inevitable que ahí no encontrará nada nuevo: sólo las mismas notas. La borgiana regla comienza a cuadrar en cuanto comienzo a revisar las hojas del periódico matutino: gobiernos corruptos, partidos políticos en lucha, padrecitos que opinan, guerras sin fin, tiroteos, asaltos, políticos "perfectos", políticos desmentidos, equipos de futbol que ganan y que pierden, actrices inmiscuidas en chismes, deudas nacionales que aumentan, cine, televisión –los mismos programas–… Todo igual. Punto para Borges. Excepto por un pequeño detalle: las únicas notas que nos traen gélidas sorpresas son los avisos de ocasión…
- 1. m. Noticia o advertencia que se comunica a alguien.
AAA. Viva feliz el 2005. Hágase rico, busque tesoros. Detectores. Alquiler, renta, venta, 57 años de experiencia. Demostraciones.
Hay que vivir felices haciéndose rico. Los tesoros están a la vuelta de la esquina. ¿Por qué complicarnos la existencia?
- 2. m. Indicio, señal.
Jesús compra ropa, muebles de casas, oficinas, estéreos, máquinas, libros, chácharas.
Definitivamente es una señal… El mismísimo Jesús compra recuerdos de casa y oficina…
- 3. m. Advertencia, consejo.
Oración a la Virgen de Juquila: Madre querida, Virgen de Juquila, Virgen de nuestra esperanza, tuya es nuestra vida, cuídanos de todo mal. Acompáñanos en toda nuestra vida y líbranos de todo tipo de pecado. Reza nueve días esta oración y pide 3 deseos, uno de negocios y 2 imposibles, y publica esta oración al noveno día.
(Sin comentario)
- 4. m. Precaución, atención, cuidado.
AAA. Detectives conyugales, localizaciones, empresariales, laborales, noviazgos, celulares, teléfonos, fotografías, videofilmaciones, foráneos. ¡Garantía, confidencialidad! ¡Cuídese de charlatanes barateros, que citan en casas particulares! ¡No contrate telefónicamente!
Cuídate de una novia charlatana o un novio baratero…
- 5. m. Prudencia, discreción.
AAA. AAA. Mariana, ama de casa, ofrezco discreción. Independiente.
Masajes para dama, antiestrés. Emiliano, deportista, universitario, varonil, realmente atlético, 22 años.
Analy (19 años), bonito cuerpo, sólo para exigentes, $600
Si lo vas a hacer prudente y discreto tendrás que ser…
viernes, enero 14, 2005
MORFI
«Las cebras no son blancas con rayas negras, sino negras con rayas blancas.»
Mañana, si sacan el volumen dos de este libro, yo creo que nos avisarán que los tableros de ajedrez son negros con cuadros blancos y no blancos con cuadros negros.
«La agresividad sexual de la rana-toro macho es tal que se aparea con todo aquello que se mueve.»
De ahora en adelante, al verme frente a una de estas ranas –que es muy probable que me las encuentre en una ciudad como el Defe– jugaré a las estatuas de marfil para no salir lastimado.
«Los elefantes no le tienen miedo a los ratones, sólo les infunden temor los conejos y los perros dachshund.»
Así es… Viví engañado durante toda mi infancia, adolescencia y parte de mi vida adulta. Dumbo nunca tuvo miedo –aunque sea diminuto– a los ratones, muy al contrario, detestaba las liebres y los canes dachshund. ¿Qué me resta? Que me lo vaya creyendo… Sé –muy en el fondo– que este caos mental lo planeó MORFI.
miércoles, enero 12, 2005
Mi Godot
Vladimir: No podemos.
Estragon: ¿Por qué?
Vladimir: Esperamos a Godot.
Samuel Beckett, «Esperando a Godot»
Me tocó esperar a Godot el domingo pasado por la mañana, la tarde y parte de la noche. ¿Godot? Godot puede ser cualquier persona. Pero, en este caso –muy particular– fue ella. La verdad no fue gracioso estar ahí –en silencio– esperando. El acto de esperar suele ser muy coqueto los primeros minutos –o, tal vez, en caso extremo la primera media hora–. En este lapso, es cierto, divagas de lo lindo por tus fantasías, sueñas con el qué pasará, con lo bonito que será ese encuentro, con los diálogos perfectos, con el soundtrack que habría de tocarse de fondo si aquello fuese una película romántica, con el cruce de las miradas, con las sonrisas, con lo perfecto que embonarán las manos, con los besos (si hay un poco de suerte y astucia), con los suspiros, con un sinfín de clichés rosas. Y, mientras cabildeas por todas esas imágenes, parece que la espera bien vale la pena. Pero, después de pasado el límite fronterizo de los 1800 segundos bañados en perfume, los minutos que siguen a este tiempo de espera se acumulan como colesterol (¿cómo estiércol?) en las venas y arterias. Todo a un paso del paro cardiaco. Estallas. El trastorno comienza y la espera se hace insoportable. Lo más peligroso de esperar son los momentos de caos o de trastorno que nacen como una macabra locura. El síntoma principal de que la enfermedad comienza a invadirte es la alteración de tu estado de ánimo –de la inmensa alegría y euforia pasas a una melancolía, tristeza, angustia y frustración–. Así sucedió… Me senté a esperar a Godot albergando una extraña esperanza de que tarde o temprano todo me llenara de alegría. Pero, esa ilusión se diluyó –de forma feroz– en la medida en que me acerqué –con la ayuda de los segundos, minutos y horas– a la letra “p” de la palabra plantón. Llegué a formar la palabra completita –con todo y acento–: P – L – A – N – T – Ó – N.
Vladimir: ¿Es la primera vez que vienes?
Muchacho: Sí, señor.
(Silencio)
Vladimir: De parte del señor Godot.
Muchacho: Sí, señor.
Vladimir: ¿No vendrá esta noche?
Muchacho: No, señor.
Vladimir: Pero, vendrá mañana.
Muchacho: Sí, señor.
Vladimir: Seguro.
Muchacho: Sí, señor.
(Silencio)
Samuel Beckett, «Esperando a Godot»
Mi locura.
Mañana –como lo he venido haciendo– seguiré esperando a mi Godot.
lunes, enero 10, 2005
Ermitaños Oníricos
viernes, enero 07, 2005
Del kínder al féretro
- Nombre de la asignatura: Currículum Vitae.
- Clave: Año de nacimiento (En este caso -tanto para mí como para El Oreja- 1979) .
- Ciclo lectivo: Desde que naces hasta que mueres (pesadito, ¿no?).
- Clases por semana: 7 (siete).
- Horas por semana: 168.
- Horas prácticas: 168.
- Plan de estudios: Nuevo Plan 2005 (NP-2005)
- Propósitos u objetivos generales del curso: Con la asignatura Currículum Vitae se pretende que, al término del curso (es decir, al morir), se hayan alcanzado estos propósitos: desarrollo de actitudes y habilidades para enfrentar el análisis y la interpretación de cada uno de los sucesos de la vida; ampliación de la visión; gusto e interés por la valoración del goce estético; formación del criterio selectivo para satisfacer el instintivo deseo humano de verdad, de bondad y de belleza, a las que el estudiante llegará por interés permanente. Aprender a vivir.
- Factores para evaluar: Participación activa en la vida.
- Periodos de evaluación: Niñez, adolescencia, madurez (adulto contemporáneo y maduro) y vejez.
- Criterios de exención: Nadie quedará exento. Excepción única: fallecimiento repentino.
- Bibliografía básica y de consulta: Ver anexo, Life 101.
Sé que -en definitiva- faltan muchos otros aspectos que tendríamos que englobar para este formato sugerido. Para que el curso cumpliese con la excelencia académica, necesita -lo sé- un madral de consideraciones. Sencillamente, en este breve espacio, sería una locura tratar de desglosar todos. Por cierto, me gustaría, Oreja, que discutiéramos más los tópicos que enlistas en tu texto Life 101.
Verborrea Navideña
jueves, enero 06, 2005
Un cómplice y otro -también-
... -but there is no competition-
martes, enero 04, 2005
Los Nervios
sábado, enero 01, 2005
Mi insomnio
¿Qué es lo inesperado? Lo que ocurre sin esperarse. En un balbuceo de pensamientos –naturales y comunes– que se tienen antes de dormir, me fui a topar con el recuerdo de un desvelo mucho mayor que tuve hace casi 10 años. Y, entonces, me di cuenta… Me di cuenta del por qué de mi retorno al insomnio: tenía que trabajar nuevamente y sigiloso por aquello que había perdido. Recuperarlo. ¿Aquello que había perdido? ¿Qué había perdido? ¿Qué es aquello? Aquello: el primer gran amor inesperado.
Ahora, desde mi “nuevo” re-descubrimiento, están por ascenderme de cliente Classic Member Frecuenta del insomnio a Silver Member Frecuenta del insomnio. He acumulado una cantidad de horas noche inimaginable.