viernes, enero 07, 2005

Verborrea Navideña

Con agrado –diría con júbilo al borde del éxtasis– recibí este 7 de enero: el fin de la temporada navideña. Para este preciso momento –prácticamente– toda la verborrea propia de la navidad y de fin de año comienza a diluirse con las actividades usuales. Los discursos entresantosperegrinos, feliznochebuena, feliznavidá, inocentepalomita, felizyprósperoañonuevo, felizdíadereyes desaparecerán entre los automóviles estancados en el periférico –tanto en la planta baja como en el primer piso–, en las oficinas de gobierno y en los bancos –líderes en gestar largas colas–, en las horas de ebullición del metro –consomé humano–, en las mañanas cuando los padres de familia descarguen –tal cual… como mercancía– a sus adorables criaturas entre el rocío del smog. Todo cuajará. Todo. Todos –una vez más– nos veremos inmersos en el tsunami citadino. Al menos –y eso es un alivio– la gelatina urbana se despojará del uniforme de SantaClós.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Menos mal que termina. Cabría agregar: ya por fin, empiezan a quitar los arbolitos navideños de las oficinas y ya por fin, dejamos parafernalia dizque "amorosa" para el próximo año.
FELIZ NAVIDAD Y FELIZ AÑO NUEVO!!!!!
Federico Laski