lunes, mayo 07, 2007

ἀνώνυμος (Sin nombre I)

(Foto de Eduardo "Edo" G. Tamayo)

Un efecto esencial de la elegancia es ocultar sus medios.
Honoré de Balzac

Hace más de un mes y medio (para ser exacto el domingo 4 de marzo de 2007) publiqué en este blog un post con el título Extancāre. Como es habitual en cada publicación, hubo varios comentarios y, por consiguiente, los contesté todos con el agrado y gusto de siempre. No obstante, esta ocasión no fue tan cotidiana ni tan normal como otras veces. Un comentario anónimo generó un diálogo bastante interesante, el cual he decidido compartir íntegra y literalmente a manera de homenaje para todos aquellos que han dejado un comentario (con o sin nombre). Espero disfruten leyendo el diálogo tanto como yo al escribirlo.
Anónimo dijo...
La ciudad de México con toda esa movilidad y esa locura que la caracteriza y la llena de vida... Nunca duerme, vive tanto de noche como de día. Verla de lejos, desde cualquier perspectiva, representa añorarla. Quejas y malestares cuando se vive ahí, sin embargo, innegables son su riqueza y valor. Pienso en lo que escribió Kundera, cuando recuerdo los caminos, los lugares y las personas que llenaron mi corazón y me acompañan a pesar de ya no estar cerca de mí: "La nostalgia es el sufrimiento causado por el deseo incumplido de regresar"
25 de marzo de 2007 11:48 AM
Gilmar Ayala dijo...
Bien, si la nostalgia es un sufrimiento, entonces, hay que combatirla con una frase del mismo Kundera: "Los hombres quieren ser dueños del futuro sólo para poder cambiar el pasado." Seamos dueños del futuro para que la nostalgia por el pasado se pueda cambiar. Y ya entrados en citas de Kundera, hay una que me divierte mucho: "Las mujeres no buscan hombres hermosos. Las mujeres buscan hombres que han tenido mujeres hermosas. Por eso, tener una amante fea, es un error fatal." ¿Será cierto? Habría que comprobarlo. Jejeje, ¿Anónimo?
25 de marzo de 2007 07:35 PM
Anónimo dijo...
Pienso que mas alla de la belleza estetica (del pasado o el presente...porque al final es la misma y es efimera) una mujer busca un hombre con las cualidades intelectuales suficientes para sentirse protegida. ¿Fuerza o sabiduría?.... La sabiduría es mas fuerte que la misma fuerza (valga la redundancia)... Este no fue un pensador checo como Kundera, sin embargo en su tiempo tambien nacio en lo que era Europa del Este, para ser exactos en Moravia y mencionaba: "Powerful though the feelings and the self-interest of men may be, yet intellect is a power too" (.....,1910) Aunque tambien el intelecto es un riesgo, como nos decia Goethe....verdad?
10 de abril de 2007 11:14 AM

Gilmar Ayala
dijo...
Es cierto, Freud decía: Powerful though men's emotions and self-interest may be, yet intellect is a power too. Y, también, es muy cierto que el intelecto puede ser un riesgo, sin embargo hay detalles en la vida que hay que probar y experimentar; evidentemente, el intelecto es un placer que no podemos despreciar, hay que correr el riesgo y vivir a pleno. Ya lo dice muy bien Goethe: No basta saber, se debe también aplicar. No es suficiente querer, se debe también hacer.

Por supuesto, una mujer busca un hombre completo con una sapiencia fortalecida para que ésta pueda sentirse protegida, lo que por otro lado esto no significa que dicho hombre esté del todo presente. Tal vez, así le sucedió a Marlene Dietrich con el gran poeta y escritor Ernest Hemingway, que durante muchos años (1934 a 1961), ellos mantuvieron una relación a distancia y una correspondencia muy apasionada: ella estaba protegida por las letras de él; él estaba cobijado por la belleza y por el amor de ella. Una intimidad casi perfecta. Entre sus cartas hay dos frases que me fascinan: la primera, Sigue enojada todo lo que quieras. Pero detente en algún momento, hija, porque sólo hay una como tú en el mundo, y nunca jamás habrá otra, y me siento muy solo en este mundo cuando tú te enojas conmigo; la segunda, Marlene, tú sabes muy bien que yo te amo. Fuiste tú la que tomaste la decisión en ese barco (...) No yo. Probablemente, este gran detalle en la vida de Ernest Hemingway hizo que llegara tan lejos en el ámbito de las letras. Una vez más, citamos a Goethe: Un hombre de noble corazón irá muy lejos, guiado por la palabra gentil de una mujer.
11 de abril de 2007 07:57 AM
Anónimo dijo...
Empezando sin citas.... Siempre lo admiró por su sabiduría y el manejo de sus letras...Éstas la ayudaban a entender, pero también a volar....Ella tomó en su alma, se llevó, más allá de sólo una memoria, el recuerdo de sus últimas palabras y el gran resguardo que él le brindó. Nunca lo olvidó... Pero él supo del juego de palabras...¿Juego o falta de éstas? También en la falta hay un juego...(y la insatisfacción si le preguntaran a Lacan). ¿Qué pasa con la distancia unida a la falta de palabras? Ella se preguntó sin encontrar respuestas... ...Concluyendo con algo sencillo, un simple parafraseo, pues falto de la memoria de la que tu gozas: "Y después de visitar tantos planetas (experincias, distancia y más sabiduría) esa flor también siempre fue única en el mundo para el Principito"
11 de abril de 2007 11:53 PM
Gilmar Ayala dijo...
¿Qué pasa con la distancia unida a la falta de palabras?, me preguntaste...

"He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: no se ve bien sino con el corazón; lo esencial es invisible para los ojos".

El Principito
Antoine de Saint-Exupéry

18 de junio de 2007 07:16 PM

martes, abril 10, 2007

Besugos (Cuatro) o Coriandrum


Para Pablo J. Ruiz Abrín

Contaré la anécdota tal cual, es decir, de la misma forma como me la han narrado hoy por la tarde.

Dicen, cuentan, relatan que un famoso y reconocidísimo escritor español, el Sr. "X", se quedó profunda y placenteramente dormido en pleno estrado mientras otro escritor y amigo, el Sr. "Y", igualmente reconocido impartía una magistral e importantísima conferencia. Ante tal detalle, todos en el auditorio se quedaron perplejos y completamente asombrados. No podían creer que semejante hombre de letras, se hubiera quedado dormido durante la ponencia de unos de sus mejores amigos y sobre todo de uno de los escritores más importantes de ese entonces. Al terminar la conferencia, los aplausos se hicieron notar y ante tal ruido era obvio que "X" se tuvo que despertar, aunque hay que destacar que lo hizo disimuladamente. Sin embargo, ante lo evidente, siempre es muy difícil de escapar, así que nunca falta el desgraciado que quiere poner en evidencia el infortunio y así fue. Un singular estudiante, el joven "Z", levantó la mano y buscó que le otorgaran el micrófono para preguntar algo al estrado donde se encontraban "X" y "Y". El micrófono llegó rápido y la pregunta mucho más...

"Z": Disculpe la breve observación que voy a hacerle a usted, Sr. "X", pero es inevitable que la haga. Usted estaba dormido mientras el Sr. "Y" exponía, ¿no le dio vergüenza?

"X": Momentito... Para empezar yo no "estaba dormido", sino "estaba durmiendo" que es totalmente diferente...

"Z": Y, bueno... ¿Cuál es la diferencia?

"X": Se le nota la inocencia hasta en la pregunta, pero aún así se la voy a poner muy fácil joven y triste puberto. No es lo mismo decir estaba jodido que estaba jodiendo, así de sencillito...

El auditorio simplemente se puso de pie y aplaudió los siguientes 15 minutos, sí, así es, los siguientes 15 minutos.

Un breve cambio puede hacer una gran diferencia. En la foto que precede al texto y anécdota, se puede apreciar que la etiqueta de este curioso producto dice Culantro en pasta que evidentemente no es lo mismo que Cilantro en pasta como afirma el tendero de la esquina de casa, sin embargo, insiste que es lo mismo... Yo le dije: No, que no es lo mismo una embarrada de culantro en pasta que una de cilantro en pasta, así de sencillito...

Para más besugos, consulte: Besugos (Uno), Besugos (Dos), Besugos (Tres).

domingo, marzo 04, 2007

Extancāre


Para Carlos A. Calderón Ledezma
Ciudad de México. Al sur y al poniente de la ciudad: no tan -tan- al sur ni tan -tan- al poniente. Casi Insurgentes. Casi Barranca del Muerto. Casi Río Mixcoac. Casi Mediodía. Lunes casi al mediodía. Sin nubes. Sol a plomo. Plomo en el aire. Una aero-lámina-metálica de azufre y monóxido de carbono sobre la ciudad. El humo y los escapes parloteaban a destajo. El cofre de la camioneta era una sárten deseosa de freír un huevo. El motor era un caldera y de él humeaba un olor a aceite tostado, rancio y quemado. El calor comenzaba a ser cercano al primer círculo infernal. Las filas interminables de automóviles hacían que el destino de dos hermanos se encontrara a años luz o mejor dicho a horas-sudor, horas-nalga u horas-sauna...
El padrino, cansado y harto de esperar al volante, apagó la camioneta. Abrió la puerta y, antes de poner un pie en el asfalto, dijo: "O escribes o matas de una vez por todas ese blog, cabrón".
El xinet se quedó sin palabras. El padrino caminó por detrás de la camioneta. Por el espejo lateral, El xinet vio que se acercaba hacia su puerta. El padrino, ni tardo ni perezoso, tomó la manija y abrió con fuerza la puerta.
El padrino: Bájate ya, cabrón, que te vas a rostizar como pollo o te bajo de un madrazo. ¿Entendiste? O te lo digo al oído, papá.
Ante tan amable y cándida invitación, El xinet aceptó hacerlo: descendió de la camioneta. Ya en la pista asfáltica, El padrino, con sudor en la frente y un poco en la nariz, lo miró a los ojos y le preguntó...
El padrino: ¿Por qué no escribes? ¿Ya no te gusta o qué pedo? Mira que no lo hacías tan mal, cabrón, y ya para que te lo confiese...
El xinet: Sí, hermano, sí, sabes bien que me fascina escribir. ¡Me encanta hacerlo! Y, claro que he seguido escribiendo, de hecho creo que más de lo normal, de hecho más de lo normal.
El padrino: Pero, ¿por qué en el blog nada de nada?
El xinet: Pues, creo que se me estancó, como este puto tráfico... Así nomás, como cuando un día cualquiera vas por la calle y... ¡Madres! Te tropiezas con el maldio tráfico y ni para tras ni para adelante. Hay que tener cuidado con los tropiezos, porque hacen que uno pierda la costumbre. Y si uno se desacostumbra, se vuelve uno medio animal, animal y medio, ya sabes, es cuando el destino se encapricha y el destino toma otro pinche rumbo, se animaliza el destino y...
El padrino: ...y ya vas a empezar con tus jueguitos de palabras y tus lavados de cerebro. Bueno, pues, allá tú, lo que no se escribe, se olvida, se pierde, bueno, mejor dicho, la mente lo almacena muy maliciosamente y mira que sé de lo que hablo, la mente te juega chueco y cuando menos te das cuenta las palabras, que estaban destinadas a plasmarse, comienzan a hacer remolinos que quitan el sueño, se transforman en caracoles en vela que avivan el insomnio y que de un día para otro te hacen traer unas ojeras de aquellas. Nada más veme cómo traigo bolsas o casi sacos debajo de mis ojos. Hermano, escribir nos ayuda a poner en orden lo que pensamos a deshoras, en horas muertas, en las horas vivas, en los silencios incómodos, entre diálogos de películas, entre los anuncios de la televisión, entre tantos méndigos momentos...
El xinet: Sí, lo sé, lo sé. Tienes razón, tienes razón...
El padrino: ¡Claro que tengo razón! Siempre he tenido razón cuando opino sobre los demás. ¡Qué te quede bien clarito, papá! Pero, mira, Xinet, no me bajé para sermonearte ni para hacer gala de mis buenas opiniones y consejos, sino para decirte que mejor me acompañes aquí cerca por una pinche agua de jamaica a la nevería La Michoacana, porque este pinche calor me trae vuelto loco. Y de paso, si quieres, te invito una nieve de limón... Digo, si quieres, eh...
El xinet: Para bajar la calentura, no hay nada como algo bien frío, ¿no?
El padrino: Sin chistecitos, por favor. ¿Está claro?
El xinet: Está bien, güei, pero, no podemos dejar la camioneta aquí no más, en medio del pinche tráfico, y ¿si avanzan?, ¿si viene al policía?, ¿si...?
El padrino: Si qué... Ven, cabrón. ¡Cálmate y camínale! Que no quiero que me arruines el antojo de mi agüita de jamaica. Además creo que en definitiva todavía no has abierto los ojos, hermano. ¡Abre los ojos! ¡Despierta! Nada de lo que está sucediendo aquí cuadra. Nada tiene pies ni cabeza, no hace sentido lo que está sucediendo... Como primer detalle y para empezar, hoy es lunes casi al mediodía, ¿no deberíamos estar trabajando?; segundo, yo no manejo, qué carajos hago entonces con una camioneta; tercero, llevas ya varios meses viviendo en otro país, por ende, ¿qué haces aquí en la Ciudad de México?; cuarto, a mí no me gusta el agua de jamaica... Hermano, nada es lo que parece...
El xinet: Sí, sí, tienes razón, tienes razón, nada es lo que parece...
El padrino: Así es, hermano, nada es lo que parece, nada es lo que parece... ¡Despierta!
El xinet: Está bien, está bien, pero antes vamos por tu agüita de jamaica y por mi nieve de limón, que quiero despertar con un sabor dulce en la boca...