viernes, febrero 11, 2005

Septimāna: Venerĭs (dies)

E.
E l.
E ll.
E ll a.
E ll a s.
Ellas. Ellas sueñan. Ellas sueñan con detallitos. Ellas sueñan con detallitos quiméricos. Ellas sueñan con detallitos quiméricos cada viernes. Ellas prefieren que sus ensueños estén rodeados de gatitos y brujitas en los tejados. Ellas prefieren las noches de luna llena. Ellas tienen ilusiones bordadas de Nerval y Huidobro. Ellas sólo viven amando sus sueños y cajitas. A Ellas… A Ellas les gustan las cajitas. Todas las cajitas –de madera, metal, papel, cartón…– les producen la misma sensación: deseo y sorpresa. Ellas desean que una noche de viernes llegue al pie de su ventana Él con una cajita entre las manos. Todos los viernes dejan entreabierta su ventanita y Ellas, mientras tejen ilusiones con gatitos por agujas, lunas por botones y brujitas por estambre, aguardan la llegada de Él con la sorpresita enredada en las manos. Él no llega. La primera adolescencia se va; la segunda, también. Ellas siguen esperando. Esperan. Lo hacen una y otra vez. Esperan. Eso hacen: esperar. Ellas esperan. Viven esperando. Dejan de hacer antesala a la muerte para darle la prioridad a Él. Los primeros viernes de espera están colmados de esperanza, los restantes diluyen con cloro el anhelo. Ellas siempre lo esperan y desean. Deterioran hormonas y neuronas recreando una y otra vez el encuentro con Él. ¿Cuántas veces? Ellas están marcadas por un número distinto… 111,114 viernes, tal vez o 114, quizá… Ellas cuelgan sus sueños con detallitos quiméricos en los tendederos de miles o cientos de viernes.
V i e r n e s.
V i e r n e.
V i e r n.
V i e r.
V i e.
V i.
V.

2 comentarios:

Иван Росэнбэрг dijo...

No capisco... no capisco... muchas suposiciones pero de nada estoy convencido.

Xime-chan dijo...

Me gusta, en verdad me gusta. Me recuerda algunos capítulos del lado de allá de Rayuela... o tal vez sólo me gustan las cajitas

Ximena 1EA