lunes, febrero 07, 2005

Septimāna: Lunae (dies)

Los lunes siempre están cargados de noticias –malas o buenas, pero, siempre están repletos los primeros días de la semana de aquellas astillas–. Cuidado. Mucho cuidado. No hay que hacer movimientos bruscos, grotescos o totales. Ni una sola suposición. Calla y observa. Mira y escucha con atención todas las notas que llegan a tu cabeza, porque si no estás bien preparado para recibir esos datillos puedes perderlo todo –astillarte irremediablemente–. De tontos y locos es esperar milagros en los días de luna. Lo único que tienes que hacer es disfrutar de la sensualidad de un lunes, déjate llevar, sólo flota, suspira, admira, como cuando ves pasar a la mujer de tus sueños. R E C U E R D A: son días de observar. La luna siempre trae revelaciones impactantes y sorprendentes, mantén tus ojos bien abiertos.

Hoy, tres noticias, una mala y dos buenas -¡Qué frase tan trillada!–.

La buena: La novia de mi primo “X” –mejor conocida como Luna– está perdida y locamente enamorada, quiere casarse, anhela una familia (bla, bla, bla, bla…).

La mala: De quien está obsesivamente enamorada y con quien quiere casarse es del hermano de “X” –mi otro primo–.

La buena: La familia está feliz –de cualquier modo tendrá una nueva, linda y encantadora miembro en ella (o al menos un bonito eclipse)–.

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