sábado, febrero 26, 2005

Šabbāt: שבת

וישבות ביום השביעי
vaYshbot baYom haShevi'i
Génesis 2:2

El estiércol citadino comienza a diluirse pasada la mañana del sábado. Por un instante la vida en la metrópoli se detiene. Ya no fluyen los hidrocarburos. Paran los cláxones de corear las mentadas de madre. Los ensordecedores bullicios disfrazan su lujuria de tiernos rumores que invitan a la seducción. Las escuelas firman tratados de paz. Los peseros y los RTP hacen conciencia sobre el aumento poblacional, mágicamente se dividen. Los automóviles encuentran cobijo en los garajes. Los niños como cualquier otra tarde se idiotizan frente al televisor. El olor a taco de suadero de toda la Pejesiudá se disipa. Un extraño aire anestésico colma a la ciudad. Las arterias (viales y naturales) circulan cloroformo; las venas (los segundos pisos) regresan el narcótico. La tarde del sábado se torna en un monumento perfecto al ocio y al descanso.

No hay comentarios.: