lunes, julio 25, 2005

Cascata I

(Foto de Eduardo "Edo" G. Tamayo)

Un día despiertas y -sin querer- las décadas, los meses, los días te caen encima. Frotas tus ojos y ves que hay muchas cosas que han cambiado. Tropiezas con la vejez en un solo parpadeo.

  1. El sabor de ciertos alimentos y bebidas lo prefieres un poco más amargo de lo habitual.
  2. Las visitas a la tintorería son cada vez más frecuentes. Al menos un día a la semana pides el servicio de "lavado y planchado" para tus trajes y corbatas.
  3. Los jeans (vaqueros o pantalones de mezclilla) se vuelven un lujo para los fines de semana.
  4. En el clóset, las playeras con estampados exóticos ya no son mayoría; las camisas, sí.
  5. Entre semana procuras -ya- no desvelarte. Si lo haces, sabes que te espera al otro día un infierno.
  6. Las tarjetas te permiten pagar a plazos tus caprichitos de fin semana.
  7. La soltería es un estilo de vida. Las relaciones son cada vez más prácticas.
  8. El romanticismo ya no es más un modus vivendi, sino un arma más para ligar.
  9. Los consejos de los padres no están tan locos ni disparatados.
  10. La práctica de un deporte se convierte en una manera de mantenerte física y mentalmente sano, ya no es del todo una diversión.

Vaya... La lista no termina ahí. Sigue y sigue. No tiene límites. Una vez que los años caen como cascada, no hay nada ni nadie que los detenga... Todo ha cambiado.

jueves, julio 14, 2005

Besugos (Tres)

Nunca falta que, en una clásica reunión familiar, madre e hija comiencen una acalorada discusión. Una querella que, indudablemente, debe quedarse en casa. Además, cuando un fenómeno de esta índole se da en el seno familiar, imposible es controlar los oídos chismosos de toda una familia. Tanto tíos y primos como abuelos y sobrinos centran su atención en el jaleo...
Madre: No te entiendo. Tienes a dos hombres tras tus huesitos. Sí, lo sé. Los dos son guapos. Pero, de los dos, escoges al peor. ¿Quién te entiende? ¿Es increíble tu comportamiento? Acaso en casa te he enseñado esa clase de valores. Deberías salir con Daniel, mijita. Él es un hombre con principios morales bien arraigados y, sobre todo, muy romántico; en cambio, Ricardo, no. Al tal Riqui sólo le importa su coche último modelo y que la cartera esté repleta de billetes. Para él, sólo eres el dulce del momento. ¿Qué les pasa a las veinteañeras de ahora? Ya no son tan románticas como lo éramos nosotras.
Hija: Mamá, simplemente nos convertimos en mucho más prácticas, muchísimo más...