jueves, julio 14, 2005

Besugos (Tres)

Nunca falta que, en una clásica reunión familiar, madre e hija comiencen una acalorada discusión. Una querella que, indudablemente, debe quedarse en casa. Además, cuando un fenómeno de esta índole se da en el seno familiar, imposible es controlar los oídos chismosos de toda una familia. Tanto tíos y primos como abuelos y sobrinos centran su atención en el jaleo...
Madre: No te entiendo. Tienes a dos hombres tras tus huesitos. Sí, lo sé. Los dos son guapos. Pero, de los dos, escoges al peor. ¿Quién te entiende? ¿Es increíble tu comportamiento? Acaso en casa te he enseñado esa clase de valores. Deberías salir con Daniel, mijita. Él es un hombre con principios morales bien arraigados y, sobre todo, muy romántico; en cambio, Ricardo, no. Al tal Riqui sólo le importa su coche último modelo y que la cartera esté repleta de billetes. Para él, sólo eres el dulce del momento. ¿Qué les pasa a las veinteañeras de ahora? Ya no son tan románticas como lo éramos nosotras.
Hija: Mamá, simplemente nos convertimos en mucho más prácticas, muchísimo más...

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