Después de la euforia, quizá, sea un buen momento de levantar el puño y guardar silencio... Entre los escombros estamos y falta poco para rescatarnos: estemos atentos a los susurros. El encuentro aguarda nervioso. Aún tenemos vida y deseo por fundirnos en ese abrazo sempiterno y amoroso.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario