martes, agosto 02, 2005

Annuntĭus


La ciudad de México siempre tiene lindas sorpresas que te pueden sacar una carcajada o un pensamiento mal intencionado. Hoy, por la mañana, de camino al trabajo, me encontré, pegado al portón blanco de un kínder que se jacta de ser montessoriano, un anuncio que invitaba a un taller de sexualidad. Evidentemente, este cartel -además de poseer una falta grave de imagen, estructura gráfica y acentuación- hizo que mi turbia imaginación se desatara.

¿Qué puede uno pensar al ver este letrero malhecho? Si está en una escuela montessoriana, seguramente el taller estará enfocado y guiado por el método educativo que ostentan en la fachada de su edificio. Así que echemos un ojo, apliquemos el método montessoriano -sólo unos cuantos procesos- y pensemos mal intencionadamente...

Método Montessori
Pensamiento mal intencionado

  • No hay dominio. Tanto el profesor como el alumnado ejerce un participación activa en el acto de la enseñanza-aprendizaje. Todos comparten. Todos se retroalimentan. Aquí, en este taller, no se podrá jugar a la Dominatrix.
  • La edad no importa. La educación se imparte tanto a jóvenes y adultos como a niños y viejos. El pudor por las edades está completamente eliminado. ¿Qué hubiera dado "El viudo de raza blanca" por conocer aquí a Dolores?
  • Los más jóvenes tienen que ser motivados a enseñar y colaborar abiertamente con los más grandes. Los jóvenes están obligados a decirles a los más grandes: ya no se usa de esa forma, hazlo así.
  • El trabajo y las actividades que desempeña el alumno son directamente propocionales a su nivel de habilidades y capacidad motriz. Sin elasticidad, no hay diversión.
  • Tanto el conocimiento como el aprendizaje está reforzado por la repetición de las actividades. Esto hace que el alumno se sienta estimulado y con amplias posibilidades de llegar al éxito de la actividad. ¿No te salió a la primera? Tranquilito, que con calma, nos amanecemos.
  • El material didáctico multisensorial hace que la exploración física de cada educando sea satisfactoria. La oración habla por sí sola.
  • El pupilo tiene la libertad de realizar sus actividades donde le plazca. Es decir, puede utilizar una silla, la mesa, el suelo... Además, el trabajo en grupo es opcional (en pareja, en trío o con quienes se sienta a gusto). Creo que no necesita un comentario extra.

No cabe duda que la malintepretación y el sentido malsano de los pensamientos pueden trastocar cualquier discurso, texto o contexto.